La aplicación de NIIF 9 (IFRS, sus siglas en inglés), respecto a pérdidas crediticias esperadas (ECL, sus siglas en inglés), ha significado para las instituciones financieras desafíos importantes, los cuales se derivan de la propia naturaleza del estándar, basado en principios. Su esencia e iniciativa reside en poder estimar adecuada y oportunamente el deterioro de los activos financieros sobre los escenarios futuros plausibles; a diferencia de lo observado con el enfoque de pérdidas incurridas que, en momentos de crisis, el reconocimiento de tales pérdidas se caracterizó por ser de menor cuantía y tardía.
Además de supeditarse a la interpretación de cada actor o a la propuesta de calificación que ofrece el regulador local, la adopción de IFRS 9-ECL se da en un contexto en el que las condiciones internacionales, regionales, locales y de cada organización han tomado derroteros inéditos.
¿Escenario COVID-19? impacto heterogéneo a las industrias y zonas económicas, reacciones de los gobiernos y apoyos internacionales diversos, horizontes de recuperación inciertos, creciente incertidumbre en la sociedad y su salud, adopción acelerada de la digitalización y riesgos de ciberseguridad; cadenas de suministros deterioradas, escasez de productos. Además del deterioro político y económico -particularmente en Europa / Ucrania-, disminución de suministro y aumento de precio de gas y petróleo por efecto Rusia; elevados niveles de inflación y tasas de interés al alza; acciones y efectos sobre el cambio climático y; los propios de cada empresa, como el manejo del talento. En fin, podría definirse como un ambiente VUCA: volátil, incierto, complejo y ambiguo.
A fin de afrontar estos y otros retos, el grueso de estas entidades está combinando la más reciente información que pueden disponer, nuevas interpretaciones del mercado, segmentación de la cartera con juicio de experto, discusión de propuestas de escenarios complementarios. A fin de:
- construir nuevos modelos o versiones modificadas de los actuales y, que permitan a las estimaciones de las probabilidades de incumplimiento se puedan asociar “mejor” con el comportamiento vigente y futuro de los activos a los que califica;
- incorporar la severidad de la pérdida en función de la realidad de disponibilidad y cobertura de las garantías;
- enriquecer o agregar al conjunto de escenarios futuros los hallazgos que ya se esbozan en el mercado;
- determinar con mayor fidelidad el incremento significativo del riesgo de crédito (SICR por sus siglas en inglés) por grupos de riesgo homogéneos;
- en los casos que aplique, actualizar el plan de pagos y su efecto en el estado de resultados, por ejemplo.
Las instituciones financieras deben, por tanto, evaluar continuamente el impacto de su mejor entendimiento del futuro proyectado y consensuado que pudiera poner en riesgo su libro de balance y desviarlo de su objetivo de negocio. Sin dejar en el camino que, los ajustes anteriores deben seguir el debido proceso, gobierno y divulgación, que es por sí mismo otra labor más y, todo ello bajo condiciones únicas y apremiantes.
En línea con la realidad operativa
Si bien, el asunto de los análisis de riesgos aplicando escenarios probables incluidos los de tensión, ha tenido cabida en múltiples momentos y para diferentes fines. Éstos han evolucionado en frecuencia, amplitud y profundidad, tal es el caso que, algunas entidades financieras están reutilizándolos para diversos propósitos: modelos internos de NIIF 9-ECL, gestión de activos y pasivos, administración del capital regulatorio, proyecciones del presupuesto, estrategias de negocio, entre otras.
Así pues, en los años más recientes, estas instituciones se han enfocado en evaluar el impacto que tendrán los escenarios macroeconómicos y de mercado futuros, que pudieran afectar su libro de balance y, a partir de ahí, desarrollar modelos internos para la gestión del riesgo. En buena medida, los esfuerzos se han decantado por el comportamiento crediticio de sus carteras y de los pasivos con clientes.
Estas empresas lo están haciendo basadas en el contexto en el que hacen negocio, lo que las lleva a un ejercicio personalizado y con distintas ópticas de análisis. Es un caso pues, el análisis de riesgo crediticio, en el que se han inclinado por el desarrollo de modelos internos, juicios de experto y escenarios con el propósito de ajustar IFRS 9-ECL a su realidad operativa.
Específicamente, los modelos internos permiten interpretar con mayor inteligencia el comportamiento de su cartera crediticia, lo que facilita representarlos en modelos estadísticos y, en algunos casos, combinarlos con juicio de experto. De este modo, es posible observar oportunamente el desenvolvimiento de dichos productos financieros, así como del riesgo al que exponen a la compañía y, por ende, los debidos y pertinentes ajustes a la estrategia.
Optimización de los modelos internos
Para dimensionar mejor los riesgos a partir de cálculos más robustos basados en datos, la analítica asume un rol fundamental en su desarrollo. Es claramente necesaria más no suficiente para la eficaz toma de decisiones. También, se requiere vestirlo con un proceso integral que permita, diligentemente, cumplir con los términos regulatorios y de gobierno que den como resultado, un análisis exhaustivo y derive en la toma de decisiones mejor informada posible.
Para dimensionar mejor los riesgos a partir de cálculos más robustos basados en datos, la #analítica asume un rol fundamental en el desarrollo y optimización de los modelos internos.… Click To TweetA través de soluciones analíticas integrales y robustas, las instituciones financieras pueden acelerar la realización de estas prácticas y, de paso, fortalecer la cultura de gestión del negocio en reconocimiento de su riesgo inherente. En el particular sobre IFRS 9-ECL, se agiliza el proceso de estimar escrupulosamente las pérdidas crediticias esperadas, algo clave en el cumplimiento de la norma y el manejo del negocio.
Ello significa crear o depurar modelos, criterios y escenarios; generar las pruebas, comparaciones y validaciones correspondientes; puesta en operación; generación de reportes; así como, explicaciones y deliberaciones de las calificaciones crediticias, frente a plazos cada vez más reducidos de ejecución. Es decir, en muchos sentidos, optimizar el negocio.
Las instituciones financieras deben enfrentar así estos retos, de manera holística para adaptarse a las cambiantes condiciones a través del tiempo. En tanto, los reguladores, inversionistas y clientes necesitan asegurarse que estas instituciones están valorando y gestionando propiamente los riesgos de sus portafolios.
Partir de un enfoque bien estructurado para gestionar datos, modelos corporativos, criterios SICR, escenarios, procesos y divulgación consistente de la información, fomenta esa cultura de gestión sana del negocio, infunde confianza en el mercado y abre la puerta a la institución a una mayor competitividad y sostenibilidad a lo largo del tiempo.
Una hoja de ruta hacia al cumplimiento de IFRS 9