Los acontecimientos de los últimos años han cambiado radicalmente el panorama en el que se desenvuelven las empresas aseguradoras. La pandemia, las amenazas de una recesión económica, la inestabilidad de las cadenas de suministro, e incluso el conflicto entre Rusia y Ucrania han movido todas las piezas y acelerado la necesidad de cumplir con los requisitos de transparencia y la presentación de reportes financieros precisos.
Muchos de los esfuerzos de las organizaciones del sector asegurador están enfocados hoy al cumplimiento de International Finance Reporting Standard 17 (IFRS 17). Para ello están invirtiendo de forma importante en rubros como talento humano, capacitación, tecnología y consultoría, entre otros, con resultados y avances dispares.
Y esto se debe en gran medida a las condiciones que operan en el entorno y la región en que cada aseguradora opera. En México, por ejemplo, la Comisión Nacional de Seguros y Finanzas aún debe emitir una regulación para el cumplimiento de IFRS 17 y se establezcan perfectamente las bases.
Mientras eso sucede, las aseguradoras internacionales han traído a sus subsidiarias en el país muchas de las prácticas y experiencias que han implementado a nivel corporativo. Al mismo tiempo, les están dando cierta autonomía para tomar decisiones pertinentes, especialmente en el uso de tecnología para generar sus reportes.
Es probable que en México se presente un escenario similar al ocurrido con SOLVENCIA II hace unos años, cuando convergieron las mejores prácticas derivadas de su aplicación en diferentes regiones que, al combinarse con lo que se estaba haciendo en el país, le dieron un “toque mexicano” a tales directrices.
Por lo pronto, en lo que respecta a IFRS 17, las aseguradoras están conscientes de que tarde o temprano tendrán que cumplir con el estándar, y ya realizan sesiones de trabajo para entenderlo, interpretarlo y capacitando al personal encargado.
La hoja de ruta
Una constante entre varios de los jugadores de esta industria es que al no ser prioridad no hay una planeación trazada sobre tal caso. Por lo mismo, no tienen los recursos suficientes destinados, ni han implementado la tecnología para analizar las numerosas fuentes de datos, consolidarlas, construir los cálculos y validaciones correspondientes y generar los reportes requeridos.
Por tanto, es fundamental que enfoquen muchos de sus esfuerzos e inversiones a esos rubros. En particular, a la tecnología que les permita gobernar, gestionar y analizar los enormes volúmenes de datos y cómputos esenciales para integrar los reportes y tomar decisiones estratégicas para el crecimiento del negocio. Seguir trabajando con base en hojas de cálculo o sistemas improvisados y poco flexibles puede poner en riesgo la competencia y sostenibilidad de procesos críticos de las aseguradoras.
Asimismo, resulta altamente útil hacer un mapa del camino avanzado y la ruta que deberán seguirse en el futuro, y en el que se integren los cambios que han experimentado en los años recientes, la variación en los productos (vida, salud, daños), el uso de tecnología e innovación, la capacitación y disponibilidad del talento humano, el nivel de cumplimiento y la calidad de los datos con los que se cuenta, entre otros.
No olvidar que, la versatilidad y resiliencia son fundamentales en el actual contexto, especialmente cuando hay un menor margen para cometer errores; así pues, es vital ser lo más juicioso posible en la interpretación de este estándar a fin de tomar las decisiones más adecuadas y oportunas, en adición a los demás factores de negocio existentes.
Una visión objetiva
La visión del negocio de las aseguradoras debe estar acorde con los eventos que pudiera enfrentar en el mediano a largo plazo. Deben considerar factores como las nuevas olas de infección por COVID-19, el entorno económico y político, y la regulación vigente a escala nacional e internacional. Es necesario, por tanto, hacer una introspección de la posición de la empresa respecto a sus datos, procesos y requerimientos para el cumplimiento regulatorio y de sus propios objetivos.
Asimismo, el cumplimiento de IFRS 17 no tiene que considerarse un gasto, sino como un generador de conocimiento de alto valor para tomar decisiones. Al mismo tiempo, esto se traduce en eficiencia operativa para dejar atrás procesos manuales y prácticas ineficientes; así como, encontrar nuevas vertientes de negocio e incluso recuperar o salir de algunos nichos de mercado.
El cumplimiento de IFRS 17 no tiene que considerarse un gasto, sino como un generador de conocimiento de alto valor para tomar decisiones. #SAS #IFRS17 Click To TweetA lo anterior se suma la capacidad de generar, a partir de un análisis a fondo de los datos, inteligencia de clientes para crear productos de seguros mucho más personalizados y acordes a sus necesidades.
Por tanto, tener una visión de negocio de mediano a largo plazo será fundamental para integrar y conjugar todos los requerimientos clave para avanzar hacia el cumplimiento del estándar IFRS 17, considerando los temas coyunturales a los que las aseguradoras continuarán enfrentándose, y a los que se sumará eventualmente el riesgo climático, y seguir focalizando sus inversiones en innovación, tecnología y capacitación para lograrlo.