Expertos de SAS, multinacional experta en soluciones analíticas, señalan que debe otorgarse el valor real a la información que produce una empresa o persona, ya que hoy en día los datos tienen un valor económico.
Este año Facebook celebró sus 12 años de existencia, en los que millones de chilenos se han inscrito para ser parte de la red social más popular de país, pero que es sólo una de las decenas de redes que han surgido en las últimas décadas. Y aunque hay espacios para todos los gustos, todas tienen en común el que para sumarse a ellas basta con entregar un bien que hasta hace poco parecía no tener ningún valor: información como el nombre, la fecha de cumpleaños, el correo o un número de teléfono, datos que abren una ventana al mundo virtual ofreciendo un sinfín de posibilidades de comunicación, entretenimiento y muchas alternativas más.
De hecho, según la OECD, cada día se generan, en todo el mundo, unos 2,5 exabytes de datos, lo que equivale a 2,5 billones de gigabytes. Eso lleva a que, en 2015, el total de información haya alcanzado los 8 zettabytes, es decir, 8 trillones de gigas, y para fines de esta década ese volumen de información se habrá multiplicado 40 veces.
“Pocos llegan a dimensionar cuál es el valor real de la información que circula en las redes sociales, desde aquellos datos que se exigen para ingresar a ellas hasta los que día a día se comparten y que incluyen gustos, viajes, amistades, intención de compra y mucha data no estructurada que, procesada, adquiere una importancia difícil de dimensionar por los usuarios”, explica Marcelo Sukni, gerente general de SAS Chile y Perú.
Toda esa información generada en las redes y en Internet, sin embargo, no tiene valor si no llega a procesarse y convertirse en conocimiento, pudiendo mostrar por ejemplo patrones de comportamiento, intenciones de compra, descontento con un servicio determinado, entre otras miles de variables. Se trata de una verdadera revolución para las empresas que, en el área comercial, por ejemplo, pueden desarrollar nuevos productos o reenfocar líneas de negocios, o en el área de marketing pueden impulsar campañas intencionadas y más efectivas.
Para esto, el Big Data y la analítica son clave. Las estimaciones de la OECD indican que el valor de este mercado alcanzó los US$ 17 millones en 2015, con un crecimiento promedio anual de 40% desde 2010, y según Gartner la inversión en las tecnologías de datos masivos está incluida entre las prioridades de negocio de las organizaciones de la mayor parte del mundo.
De hecho, según algunas investigaciones, existe una relación directa entre la toma de decisiones y el sistema de gestión empresarial y, con el paso del tiempo, las compañías son cada vez más analíticas y desarrollan un compromiso con la inteligencia analítica con la finalidad de mejorar la competitividad identificando los clientes más rentables, acelerar la innovación de productos, optimizar la cadena de suministro y los precios, entre otros.
“La analítica representa la vía principal para potenciar el negocio ya que permite a la empresa tomar decisiones sobre las estrategias que deben ejecutarse a través del análisis de información y datos. Estas soluciones se transforman en estrategias comerciales de valor ya que al ser personalizadas ofrecen un retorno más elevado que un canal convencional” concluye Sukni.