Se suele mencionar que los datos son el nuevo oro y más recientemente se asemejan como el nuevo oxígeno, haciendo referencia a la importancia que han adquirido y a los imprescindibles que son en un mundo cada vez más digital y en el que cada vez se crean más y más datos.

La cantidad de datos que se generan ha venido creciendo tan rápido que se calcula que en los dos últimos años la humanidad ha creado muchos más datos que en el resto de la historia. Aún así, la cantidad de datos creados en el 2020 fue de 64 zettabytes y en 2025 estaremos triplicando esa cantidad a 175 zettabytes.

Pero no son los datos. Es el aprovechamiento de ellos a través de ciencias como las de la analítica, que toman grandes volúmenes de estos datos, los analizan a través de soluciones de software especializadas y los convierten en insights e inteligencia para la toma de mejores decisiones, para automatizar procesos o dar vida a tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial. Es lo que hacemos en empresas como SAS desde hace varias décadas.

Recientemente, SAS dio a conocer los ganadores de la hackaton anual en la que se decodifican dilemas del mundo real a través de datos. Premiamos equipos en todo el mundo que sean capaces de crear soluciones innovadoras de inteligencia artificial y analítica para resolver desafíos humanitarios y también comerciales.

El tipo de desafíos que los equipos lograron resolver este año nos da una idea del poder de conocimiento y de inteligencia que hoy en día están aportando los datos en diferentes áreas. Analicemos.

En la categoría de soluciones para industrias ganó una solución desarrollada por un banco sueco que creó un tablero analítico para evaluar el riesgo de inundación de las propiedades y cotizar las pérdidas potenciales para escenarios de inundación en 100, 200 y 1000 años.

Esto en relación con lo que hoy es uno de los grandes compromisos de los países y de la industria financieras específicamente con el cambio climático.

En esta misma categoría se destacó también una solución para cambiar el tráfico de Madrid, hoy por hoy la ciudad con más muertes en toda Europa por temas relacionados con contaminación por tráfico y que quiere priorizar el tráfico verde en los próximos años.

Lo que se logró fue compilar conjuntos de datos sobre el uso de bicicletas y luego se utilizaron modelos predictivos para diseñar rutas en menos de seis minutos y reducir la contaminación en más del 90 por ciento.

También ha habido soluciones que han ayudado a la vacunación del Covid en diferentes países, poder predecir inundaciones y aplicar esas predicciones a una industria como la de los seguros y mejoras de accesibilidad a sitios web para personas invidentes.

En la categoría de tecnología poder descubrir yacimientos de petróleo y gas de manera más efectiva, soluciones de datos para que los campesinos en diferentes países puedan predecir cómo el cambio climático puede afectar sus medios de vida y ayudas para que los operadores de telecomunicaciones puedan predecir el uso esperado de datos en cualquier sitio determinado, asegurando un internet constante por primera vez y ahorrando millones a las compañías.

Ya sea para garantizar que se pague a los médicos por la calidad de su atención, para optimizar transportes más sostenibles, generar modelos de inteligencia artificial hiperprecisos que ayuden a las empresas más grandes del mundo o incluso para que nos sugieran las películas más apropiadas para ver dependiendo de nuestro estado de ánimo, los datos se han convertido en parte importante de la vida de las personas en la actualidad.

El poder de las ciencias de datos, como las de la analítica, está en poder resolver los grandes desafíos y retos que enfrenta la humanidad. No solo los de hoy, también los que aún no existen y serán los problemas del mañana.