La analítica, la inteligencia artificial, el machine learning y todas las nuevas ciencias encaminadas a aprovechar mejor los millones de datos que hay en la actualidad tienen un gran impacto en el mundo -y lo tendrán aún más- en la medida en que incidan directamente en el progreso de la humanidad y hagan más fácil la vida de cada una de las personas que habitan el planeta.
La tecnología con propósito social es un concepto que se ha venido imponiendo en el último tiempo y que está siendo incorporado en muchas organizaciones en los procesos de transformación empresarial que se adelantan en estos tiempos. Se refiere al impacto social que pueden y deben tener las organizaciones en esta era digital con un mayor y mejor aprovechamiento de las soluciones tecnológicas.
Tenemos claro que en el sector empresarial se ha venido avanzando en el tema, pero ¿qué está pasando con los gobiernos? ¿Qué está pasando con su transformación digital? ¿Qué tanto gobiernos como los latinoamericanos están aprovechando los datos para mejorar el servicio que brindan a los ciudadanos?
Entre lo que queda de este año y el 2022 alrededor de una docena de países latinoamericanos tendrán elecciones y estarán configurando unos nuevos liderazgos políticos. ¿Cuál es el reto que les espera a los gobiernos de la región y cómo la tecnología con propósito social puede ayudar?
Recientemente, el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) presentó en Bogotá el reporte de “Datos e inteligencia artificial en el sector público” y una de las conclusiones principales es que “un uso responsable de la inteligencia artificial en el sector público puede ayudar a que la región latinoamericana dé un salto de calidad en la provisión de los servicios públicos, en la eficiencia de los procesos burocráticos y en la rendición de cuentas a los ciudadanos”.
Más allá de las recomendaciones que el estudio hace para que la IA finalmente desarrolle todo el potencial que tiene para modernizar los estados, llama la atención el gran llamado que se hace para que no sea aplicada cualquier inteligencia artificial, sino una que se base en principios responsables y humanistas.
La Inteligencia Artificial, y esto es algo de lo que estamos convencidos en SAS y lo promovemos en todos los niveles, debe estar al servicio y beneficio de los humanos, no al revés. Y para que esto sea posible rescato una de las principales conclusiones y recomendaciones que hace el informe presentado por CAF: trabajar en una conjunción entre política pública y estrategia, en la tecnología y en la parte humana para lograr la Inteligencia Artificial que queremos y el impacto que deseamos.
Política pública y estrategia es algo en lo que los gobiernos latinoamericanos han venido avanzando con el apoyo, entre otros, del Centro de Cuarta Revolución Industrial que opera en Colombia. La tecnología está y sigue avanzando gracias a los esfuerzos y recursos que invierten organizaciones como SAS en investigación y desarrollo. La parte humana es algo en lo que debemos seguir trabajando y donde puede estar el principal reto: necesitamos preparar más y mejores profesionales y especialistas en temas de tecnologías y de inteligencia artificial, pero también necesitamos líderes más humanos, líderes que impulsen un mayor impacto social de las tecnologías y lleven a la verdadera transformación de las organizaciones y del rol de los líderes de los gobiernos. En eso debemos trabajar.