El fraude en seguros siempre ha existido, presentándose de diferentes maneras para adaptarse a cada época. Hoy en día, la magnitud del fraude en seguros no solamente es sorprendente, sino que aumenta.
Las actividades fraudulentas prevalecen a lo largo de todo el ciclo de vida de la póliza. A medida que las pérdidas continúan creciendo, la detección y la prevención de fraudes se clasifican entre las tres principales prioridades estratégicas y de inversión para los ejecutivos de la industria aseguradora.
Los fraudes en aseguradoras han ido creciendo y evolucionando porque poco a poco ha aumentado el corte de los productos y se ha ampliado el espectro con el que se da cobertura a distintos eventos. Al principio se presentaban eventos de fraude sobre todo en el nicho de autos; posteriormente, surgieron en las pólizas de vida y hoy también están presentes en las de salud; por lo que, las aseguradoras deben de ir cuidando de dichos eventos, los distintos productos que van lanzando al mercado para identificar sus posibles áreas de riesgo.
El desafío radica en que muchas de las empresas del sector siguen realizando varios de sus procedimientos de forma manual, y su preocupación principal es colocar la mayor cantidad de pólizas, pues es lo que las hace competitivas dentro del mercado. Por ello, tras acumular una gran cantidad de pólizas, las aseguradoras posteriormente deben llevar a cabo una revisión detallada para identificar las que pudieran ser fraudulentas.
¿Qué es lo que deben hacer entonces las aseguradoras para mantener su competitividad? La respuesta es transitar hacia una transformación digital. Y ¿cómo se logra esto? Click To TweetLos pasos a seguir son:
- Automatizar. Las empresas del sector deben abandonar los procesos manuales y, al momento de detectar fraudes, olvidarse de corazonadas o de la mera experiencia (la práctica común durante mucho tiempo, en algunas instituciones). Tienen que automatizar sus procesos para poder detectar las anomalías de una forma más sencilla y eficiente.
- Aplicar la Inteligencia Artificial (IA). La IA facilita y acelera la detección de similitudes entre casos. Esto permite analizar diferentes tipos de documentos, imágenes, sentimientos, recetas, lo que optimiza todos los procesos en la identificación de fraudes.
- Compartir información. Las aseguradoras son entidades que tienen muchos datos y no solo de sus clientes, sino también información familiar, enfermedades que puede tener el consumidor, medios de pago, entre otros indicadores. No obstante, es común que los diferentes departamentos de las empresas no compartan datos entre sí. En este sentido, el manejo de información es una ventaja competitiva. La gestión que se haga de los datos, lo que incluye su combinación con diferentes fuentes, será vital en la obtención de mejores y más efectivos patrones de prevención de fraudes.
- Utilizar sistemas de analítica. Las aseguradoras tienen muchos datos, pero poco control sobre ellos. Esto se resuelve con herramientas para crear modelos analíticos y Machine Learning, los cuales puedan detectar de manera proactiva los casos y patrones de fraude; y no hasta el momento de recibir solicitudes de auditorías y ya es demasiado tarde.
- Ligar el Customer Experience con la prevención del fraude. Algunas de las aseguradoras no toman en cuenta la prevención del fraude por darle prioridad a la generación de una experiencia positiva para el usuario. Pero estas dos soluciones no están separadas; incluso, juntas funcionan como un sistema más robusto que genera oportunidades de negocio. Los beneficios al cliente que ofrecen deben tener como base una plataforma de datos limpios y confiables, que pueden ser analizados y contribuyen a mejorar sustancialmente la experiencia del cliente; quien, a su vez, percibe a la aseguradora como una institución preocupada por sus consumidores y su seguridad.
Las aseguradoras deben apoyarse en herramientas que puedan procesar un siniestro y analizar toda la información. Esto con el fin de poder ver las diferentes variables que incluye, cuáles podrían ser las causales de fraude que se puedan identificar y, tras ser identificadas, analizar los comportamientos, documentos e información que puedan ser factores que lleven al fraude. Si en esta información, una vez analizada, no ha sido detectado ningún indicio de engaño, la aseguradora puede ofrecer a ese cliente promociones y ofertas a través de sistemas de Customer Intelligence, lo que abre la posibilidad de aprovechar los datos para aumentar las ventas y que éstas sean más confiables.
La lucha contra el fraude debe estar en el ADN de las aseguradoras, ya que es fundamental para consolidar una cartera de negocios sana. De ahí que contar con implementaciones robustas de analítica avanzada para la prevención de fraude resulte indispensable, pues además de implicar un tema de seguridad, también representan un tema de rentabilidad.