Los avances tecnológicos, las expectativas de los clientes y las regulaciones que redefinen el mercado, han sido puntos clave para que el sector de los seguros se enfoque en el crecimiento de sus ventas, su rentabilidad y la lealtad y el cuidado de sus clientes. ¿Qué ha pasado entonces? las aseguradoras han decidido hacer inversiones en analítica. ¿Qué buscan lograr con esto? reducir el riesgo, contrarrestar el fraude, brindar un servicio más efectivo y personalizado a todos sus beneficiarios, optimizar procesos y llegar a una toma de decisiones más certera. ¿Cómo lo hacen? a través de el Internet de las Cosas, la omnicanalidad y la data.
De acuerdo con la investigación “¿Cómo las aseguradoras pueden invertir en Big Data y analítica para mejorar la toma de decisiones?”, realizada por la consultora Bain & Company en 2017, se conoció que dadas las necesidades operativas de este tipo de empresas entre los próximos tres a cinco años sus directivos estarán incrementando la inversión en esta área en un 20%. La investigación, además, destacó que con el uso de la analítica las aseguradoras ganarán puntos en materia de innovación, pues es una solución que ya está siendo utilizada en el desarrollo de productos nuevos en otros mercados.
Las aseguradoras de hoy, entonces, están buscando una perspectiva digital exitosa que los lleve a aprovechar los datos de manera creativa. En este sentido, la analítica avanzada debe ser una realidad y la solución que permita mejorar los procesos comerciales y los de evaluación de riesgos, por nombrar algunos. Por eso, y para llegar a los resultados esperados, hay cinco tendencias que las aseguradoras deben tener en mente.
La primera es la digitalización de la suscripción, que permite que las aseguradoras amplíen sus redes y abarquen grupos demográficos más jóvenes, pues son ellos los que prefieren las experiencias virtuales. La consultora Deloitte afirma que si los procesos de suscripción y solicitud de, por ejemplo, las pólizas se hacen en tiempo real, la probabilidad de compra pasa de 70% a 90%:
La segunda es la distribución en línea, un método que no se detiene frente a aspectos como las fronteras. La aseguradora Bima, que ofrece microseguros de accidentes y de vida a los consumidores que tienen bajos ingresos en países como África, Asia y América Latina, a través de créditos prepagados en sus dispositivos móviles, está utilizando esta práctica. Otra de las tendencias que se está moviendo con más fuerza en este sector es el Internet de las Cosas y el monitoreo, que permite que las aseguradoras puedan aprovechar los datos de los dispositivos que monitorean diferentes procesos. La penetración de esta tecnología está en aumento y su potencial para remodelar, entre muchas cosas, la forma en que las aseguradoras de viviendas evalúan, fijan precios y limitan los riesgos está tomando cada vez más fuerza.
La cuarta tendencia está basada en la ciberseguridad. No es un secreto que la multiplicación de amenazas de este tipo para las empresas medianas y pequeñas es un hecho. Si bien el mercado de los seguros cibernéticos ha sido lento en su desarrollo, este campo es quizá su mayor oportunidad de crecimiento orgánico y es, también, una oportunidad para que las aseguradoras se capitalicen con administración, análisis y seguimiento de data.
La quinta y última práctica se relaciona con la automatización y el análisis de los datos, que en el caso de los reclamos permite seleccionar la información de forma rápida; asimismo, y gracias a la analítica avanzada, se puede analizar la data, detectar anomalías e, incluso, señalar fraudes.