La información genómica, las pruebas clínicas, los expedientes médicos electrónicos, los estudios de investigación y los resultados de las investigaciones pueden derivar en descubrimientos relevantes y apoyar a las autoridades sanitarias para tomar mejores decisiones.

Como muchas otras disciplinas tecnológicas, la analítica se está aprovechando para hacer frente a las grandes cantidades de datos que residen dentro de las instituciones médicas de todo el mundo con tres objetivos claros: mejorar la salud de la población, optimizar la atención y reducir costos.

Mediante la gestión y el gobierno de los datos, así como las metodologías clave para el análisis profundo de la información, las organizaciones de salud emprendedoras, los proyectos de sanidad y la situación actual, ante situaciones de emergencia, como epidemias y desastres naturales.

Recientemente, América Latina fue azotada por enfermedades transmisibles como el zika y el chinkongunya. En eventos como estos, la analítica sirve para identificar, a partir de los informes de brotes, las zonas a las que enviar apoyo médico y las medicinas necesarias para atender a la población afectada.

En el caso de México, los recientes terremotos que afectan las zonas del centro detonaron un estado de emergencia sin precedentes. Aquí, el análisis preciso de los datos permite identificar los focos rojos, determinar con precisión el tipo de ayuda informática, los medicamentos y los datos personales y coordinar los esfuerzos entre las autoridades federales y locales.

El común denominador de estos esfuerzos radica en el aprovechamiento de los conocimientos en los datos disponibles. ¿El resultado? Mejorar radicalmente la prestación de servicios médicos y elevar el bienestar y la salud de la población.

El universo de escenarios en el que las herramientas analíticas pueden aprovecharse incluye:

• Diversas fuentes de datos, incluidos los perfiles genéticos y la información clínica, permiten hacer diagnósticos y basados ​​en los datos personalizados según los bioindicadores específicos de cada paciente.
• La analítica ayuda a los programas y las políticas más eficaces, evaluación de programas públicos de salud con acceso a las medidas en información fidedigna, descubrir fraudes y abusos.
• En combinación con las técnicas de optimización y administración del desempeño es posible revelar ineficiencia, desperdicio y malos manejos en las operaciones, y encontrar mejores formas de usar recursos limitados.

El potencial de la analítica no se ha aprovechado totalmente en las instituciones de salud para transformar sus prácticas operativas y clínicas, así como para mejorar sus resultados e innovar.

Las razones incluyen aspectos como presupuestos reducidos, políticas estatales laxas, burocracia, programas sociales ineficaces y uso limitado de tecnologías, entre otras. Sin embargo, destacar la renuencia a hacer el cambio cultural que esto implica. Expertos que reconocen que crean una cultura en la que la gente entienda, valore y exija decisiones y estrategias informadas en la gran variedad.

La #analítica ayuda al aprovechamiento del #BigData que reside dentro de las instituciones médicas de todo el mundo logrando: mejorar la salud de la población, optimizar la atención y reducir costos. Click To Tweet

Especialistas como los directores de Datos (CDO), de Analítica (CAO), científicos de datos e incluso directores de Sistemas de Información (CIO) están promoviendo una cultura analítica en el desarrollo farmacéutico y la atención sanitaria, y ganándose el apoyo y confianza de la alta dirección de sus organizaciones.

Ellos están innovando y ofreciendo sus empresas para ayudar a mejorar la calidad de la atención para pacientes, así como también apuntan las actividades de investigación para crear problemas para los padecimientos más comunes y apremiantes.

Desarrollar una estrategia y cultura analítica robusta es como tratar un padecimiento o desarrollar una cura para una nueva enfermedad. Para lograrlo, hay que comenzar por hacer un análisis preciso y trabajar para encontrar las soluciones y el tratamiento indicado.