2018 lo iniciamos con fuerzas e ideas renovadas para desarrollar y alcanzar nuevas metas tanto en el ámbito personal como el empresarial. Particularmente, en este año nos enfrentamos al desafío de cumplir con las nuevas regulaciones impuestas por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y sus implicaciones inmediatas, respecto al entendimiento de sus fundamentos para:
- Reorganizar tareas
- Ajustar la tecnología
- Calcular y asociar los costos implícitos
- Adecuar las medidas de desempeño y la cultura que prevalecerán dentro de la entidad.
Si bien los temas son variados, cobra particular relevancia el de IFRS9 a la mexicana (en alusión a la adaptación del espíritu de estas reglas y la experiencia del mercado local), el cual dará un giro en la operación, cálculo, coordinación, desempeño, revelación y revisión de las provisiones de la cartera crediticia en el sector financiero. Máxime si se aspira a conciliar los esfuerzos realizados con los escenarios prospectivos desarrollados para realizar pruebas de estrés con los correspondientes de esta norma, a través de su enfoque interno. Dichos escenarios intentan modelar las expectativas en el horizonte de tiempo para entonces medir el impacto en la estrategia y las potenciales repercusiones en sus resultados.
No hace falta mencionar los artificios que resultan como respuesta “táctica” a estas situaciones, provocadas por múltiples factores como: costos que exceden el presupuesto, tiempo limitado, personal insuficiente o con falta de conocimientos/habilidades necesarios, infraestructura sobrepasada, reglas ambiguas, entre otros. Sin embargo, las instituciones visionarias se concentran cada vez más en dirigir sus inversiones y esfuerzos a estructuras más flexibles, robustas, adaptables y estables para atender dichos requerimientos estratégicamente; es decir, en línea con sus objetivos de negocio.
Dos elementos relevantes dictan esta norma y, seguramente, aplicarán en el caso de México: los referentes a la identificación del deterioro de los créditos/acreditados, y la generación y elección de escenarios prospectivos para el caso del enfoque interno. En ambas situaciones, se deberán sofisticar los criterios, cálculos y procesos, así como también el gobierno, la transparencia y la auditabilidad que deban guardar. No obstante, las áreas responsables de estas diligencias, también tienen dentro de su visión generar negocio para la corporación, bajo el paraguas normativo y el apetito de riesgo establecido.
Adicionalmente, los esfuerzos que han realizado algunos bancos en términos de los modelos internos de consumo de capital por riesgo de crédito referente al cálculo del índice de capitalización, deberán adecuarlos al esquema que conllevan estas nuevas reglas. Igualmente, es posible identificar otro riesgo potencial que se derivará del cúmulo de modelos que se manejan o gestionarán en el futuro cercano, por lo que será importante considerar la gestión del riesgo de los modelos utilizados, tanto en este nuevo cómputo de reservas como lo trabajado ya para los escenarios de estrés y, los más avanzados, en modelos internos de Basilea.
Además de lo antes mencionado, un desenlace ineludible de la norma IFRS9 es el alza en las reservas, la cual impactará negativamente los resultados de la entidad, por lo que se vuelve pertinente apalancar tal esfuerzo/inversión/reorganización con el fin de rediseñar los procesos desde los datos hasta los cálculos comunes y la presentación de resultados, de modo que la eficiencia y la capacidad de análisis sean las monedas de cambio para dicho acontecimiento.
La actuación proactiva de las organizaciones financieras marcará la diferencia no solo en el cumplimento de #IFRS9 sino también en tomar ventaja del mercado, al calificar y gestionar su riesgo crediticio. #SAS #Analytics Click To TweetMéxico deberá implementar su propia versión de IFRS9 -o NIIF9- este año. La actuación proactiva de las organizaciones financieras marcará la diferencia no solo en su cumplimento sino también en tomar ventaja del mercado, al calificar y gestionar su riesgo crediticio bajo esta premisa y con el conocimiento adicional que permita detectar y evaluar el comportamiento de sus clientes y productos.
En SAS trabajamos todos los días para desarrollar y perfeccionar herramientas de análisis que permitan mejorar y robustecer este tratamiento de la información, a partir de la recolección y administración eficientes de datos, su análisis y publicación, lo cual permitirá tener un mayor entendimiento de los riesgos versus las oportunidades en las decisiones de negocio, sin importar la complicación de los cálculos y procesos.