Big Data y la economía digital son transversales a prácticamente cualquier actividad en la vida, desde una acción profesional que involucre un equipo de trabajo hasta ámbitos de la vida privada como el estado de salud, los movimientos financieros y las relaciones de pareja. No existen límites para la constante producción de datos y esa es la razón por la que tiene tanto valor en la actualidad y es un tema de conversación de todos.
Desde el punto de vista de las empresas, el aprovechamiento de la economía digital, hoy por hoy la única economía que conocemos, tiene que ver con el valor agregado que otorga en la relación con los clientes, los ambientes colaborativos intraempresariales que se generan a partir de su visión y su papel como insumo de la innovación y el desarrollo de nuevas experiencias y modelos de negocio.
El activo de mayor valor de la economía digital son los datos, que son además su insumo natural, no obstante, sin analítica el valor de estos contenidos es nulo. El uso y estudio que se dé a estos recursos es lo que los hace efectivos en términos económicos y relevantes para el negocio.
De acuerdo con Fiona McNeill, Principal Product Marketing Manager de SAS, la concepción económica de la analítica tiene que ver con el manejo de los datos, permitiendo que las economías vayan un paso más allá y vean esto como una capa sobre sus soluciones tecnológicas que permite agregar valor al big data. Esto, destaca la experta, incluye todos los frentes del manejo de datos, desde lo tradicional, hasta las tendencias de visualización, el machine learning y otros métodos de inteligencia artificial que se están aplicando de cara al cliente externo e interno.
Ahora bien, la economía digital representa también varios retos en términos de políticas de trabajo al interior de las compañías pues aunque el análisis de los datos permite generar lo que se conoce como innovación disruptiva y a través de ella reinventar la manera en la que se hacen los negocios para darles mayor alcance, el éxito depende de la integración y coordinación que haya en todos los departamentos de la organización. “La mejor manera de alcanzarlo es combinando datos, analítica y colaboración”, especificó McNeill.
Como recomendación de buenas prácticas, la experta indica que para aumentar el alcance de lo que se puede hacer bajo esta concepción de economía digital, es importante permitir que los empleados adelanten investigaciones sobre los datos basados en temas que despierten su interés más que bajo una línea específica de la dirección. Con esto la obtención de ideas disruptivas, a partir del análisis, será más sencillo.
Finalmente, a la hora de hablar de la economía de la analítica también se debe tener en cuenta que en un futuro, esto se conectará con herramientas de automatización, analítica de ambiente y redes de datos.
Descubra cómo la analítica se ha convertido en uno de los pilares de la transformación en la actualidad en la 3ª Convención Latinoamericana de Analítica de SAS este 6 de julio en el Club El Nogal en Bogotá. Entérese de cómo puede experimentar sus nuevas posibilidades aquí.