El Big Data y la Nube se están volviendo inseparables: “se necesitan recursos en la nube para el almacenamiento y la ejecución de proyectos de big data, y el big data brinda a las compañías una buena ocasión de pasar a la nube”. Podríamos decir que el big data y las tecnologías en la nube, están hechos el uno para el otro. Pero tan romántico como pueda sonar, todos sabemos que una relación fuerte no se forja de la noche a la mañana y a menudo requiere de mucho esfuerzo. La nube y el big data no son una excepción.
¿Qué aporta cada uno?
Tamara Dull, Directora de Nuevas Tecnologías de SAS, resalta que en esta relación anunciada a bombo y platillo, el big data, además de poner su sex appeal, es la base de la familia y aporta a la organización información que se puede aprovechar por todos: ese es precisamente su sentido. Ahora, si el big data es el pilar, es la nube la que sienta unos cimientos fiables y estables (es decir, la infraestructura) para la relación.
¿Cómo llegan al “fueron felices y comieron perdices”? Como en cualquier relación, hay aspectos que se tendrán que determinar sobre la marcha para lograr el éxito. Para eso, Dull plantea siete dinámicas:
1. Fuente abierta: el software de fuente abierta, sobre todo Hadoop y los múltiples proyectos asociados, es el principal motivo del bombo del big data.
2. Almacenamiento y procesamiento de datos: el big data ofrece muchas posibilidades de uso atractivas, como la organización, pre-procesamiento, procesamiento y almacenamiento de datos a corto y largo plazo.
3. Competencias: las nuevas tecnologías de big data requieren competencias de las que puede que no disponga en la compañía: fuente abierta (por ejemplo, Hadoop), integración en la nube, herramientas de seguridad y análisis, entre otras.
4. Asistencia: con el hardware, software y competencias adicionales que requiere el big data, las organizaciones deben determinar quién puede brindar la mejor asistencia a esta amplia infraestructura.
5. Rendimiento: cuanto más juntos estén sus datos, mayor será el rendimiento. Si almacena los datos en distintos puntos del país o en otro continente, tendrá que plantearse el tráfico de red para cargar y acceder a la información.
6. Integración: la integración del big data en los sistemas internos y externos, dentro y fuera de la nube, está obligando a las compañías a reevaluar las competencias de que disponen.
7. Privacidad: con el big data, las organizaciones pueden aprovechar fácilmente las fuentes de datos nuevas (y antiguas), como los datos sociales, abiertos y de máquinas y combinarlas con los datos operativos y analíticos existentes como nunca antes.
Por último, es clave sentar unos cimientos sólidos abordando cada una de estas consideraciones y comprobará cómo la nube y el big data efectivamente están hechos el uno para el otro.
8 Comments
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¡Felicidades por el artículo!
Muy interesante la metáfora del matrimonio 🙂
Aquí te paso un vídeo que no dura ni 2 minutos que ayuda a entender la importancia de una buena gestión del Cloud! Creo que puede servir de complemento a entender mejor tu artículo
http://www.ecmanaged.com/?play
Espero que sea interesante...también usa metáforas como en el artículo
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