Los seres humanos tenemos una característica –entre muchas que nos hacen únicos– que requiere de la comprensión de nuestros interlocutores para causar el efecto deseado: somos capaces de decir una cosa queriendo expresar un sentimiento completamente diferente. Lo llamamos sarcasmo, ironía o mordacidad. Pero, si a veces es difícil para
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El auge del análisis de sentimientos, la solución para que las máquinas entiendan mejor a los humanos