Durante las diversas fases de la pandemia de COVID-19 hemos sido testigos de cambios radicales en el consumo respecto al tipo y cantidad de productos que prefieren los consumidores, y también de los canales a través de los que están comprando.
Hoy, la personas dan prioridad a proteger su salud y bienestar, así como a satisfacer sus necesidades básicas, haciendo a un lado lo que se considera no prioritario, lo cual impacta de manera significativa la dinámica de la oferta y la demanda en todas las industrias alrededor del mundo.
Esta conjunción de factores presenta a la industria del retail algunos retos que están requiriendo que los minoristas reaccionen de manera inmediata y aprendan cómo superarlos sobre la marcha. En esta crisis, han tenido que reacomodar en poco tiempo sus recursos humanos y materiales, hacer ajustes para estabilizar su cadena de suministro y esforzarse por brindar a sus clientes los mismos o mejores niveles de servicio.
Un ejemplo de ello es el gran boom de las plataformas de comercio electrónico, detonado principalmente por el cierre de comercios y la migración masiva a las tiendas en línea. En consecuencia, los retailers se enfocan ahora en anticipar la demanda de las órdenes recibidas mediante este canal (número de pedidos al día, el tamaño promedio y número de productos).
Asimismo, aprovechan todos los medios a su alcance para optimizar sus servicios de entrega, como la planeación de rutas, número de entregas por recorrido y los vehículos y personal necesarios.
En cuanto al pronóstico de la demanda, éste debe abarcar lo que los consumidores ordenarán en un lapso de una a ocho semanas, así como el consumo semanal y diario, a fin de determinar qué están buscando los clientes, dónde y en qué cantidad. Y como consecuencia del agotamiento de ciertas mercancías, ofrecer productos alternos que puedan reemplazar aquellos que no están disponibles y hacer recomendaciones.
Algo que hay que tomar en cuenta es la relación que tienen las conversaciones que están teniendo los consumidores en los medios sociales con sus patrones de consumo y preferencias. Con la utilización de herramientas #analíticas , los retailers pueden obtener datos valiosos para predecir la demanda, diseñar promociones y campañas a la medida y enfocadas a la situación por la que pasan los consumidores. Click To Tweet
Asimismo, cuando eventualmente la curva de la pandemia descienda, los retailers se tendrán que adaptar a la nueva normalidad, donde tendrán que ser mucho más resilientes y efectivos para absorber el shock y operar de nuevas maneras, además de entender a detalle los cambios en el comportamiento de los clientes.
En este contexto, la analítica avanzada contribuye a mejorar la precisión del forecasting a partir de las tendencias y una gran variedad de factores tanto internos como externos. Específicamente, los modelos analíticos permiten definir estos componentes, así como los datos provenientes de varias fuentes, para identificar y separar los aspectos claves del negocio que tienen un alto impacto en las ventas.
De este modo, es aún más sencillo hacer un pronóstico preciso de la demanda para un horizonte de tiempo dado y soportar la planeación en el corto, mediano y largo plazo a cualquier nivel de granularidad.
El objetivo es ofrecer una experiencia extraordinaria a los consumidores en un contexto totalmente nuevo para ellos y los negocios. COVID-19, sin duda, aceleró la transformación digital de las empresas, así como la transición al comercio electrónico.
En este tiempo complicado, los retailers diseñan estrategias creativas para interactuar más efectivamente con sus clientes a través de los canales electrónicos, conocer sus necesidades y satisfacerlas de nuevas formas y fortalecer su lealtad.