El gobierno de datos se ha convertido en un sello para todo lo que tiene que ver con los datos. De hecho, si busca el término en Google, encontrará referencias a la calidad de los datos, los metadatos, el almacenamiento de datos, la propiedad de los datos o la seguridad de los datos, entre otras muchas. El gobierno de los datos no es más que un marco de organización que armoniza la estrategia, define objetivos y establece políticas para la información corporativa. A pesar de su prometedor potencial, el gobierno de los datos ha fracasado en más de una compañía bien intencionada porque se ha malinterpretado su sentido, su valor y la forma que se podría llegar a adoptar. Una vez que el gobierno de datos se convierte en una palabra prohibida, las organizaciones normalmente no suelen darle una segunda oportunidad.
A continuación compartimos algunos consejos definidos por Jill Dyché y Kimberly Nevala para la revista SASCOM. Así mismo describimos 5 errores que vale la pena conocer, para no caer en ellos y evitar que su organización corra la misma suerte:
ERROR N.º 1: No definir bien el gobierno de datos
Habitualmente se emplea el “gobierno de datos” como sinónimo de “gestión de datos”. El gobierno de los datos es el marco de elaboración de políticas y derechos de decisión para los datos corporativos. La gestión de los datos es la ejecución táctica de dichas políticas. Ambas requieren el compromiso de la dirección e inversión, pero el gobierno de los datos es un proceso orientado a la compañía, mientras que la gestión de los datos es una función de las TI. El modo en el que la organización define y entiende el gobierno de datos es de vital importancia. Su programa de gobierno de datos debe definir y articular claramente su misión y valor.
ERROR N.º 2: No diseñar bien el gobierno de datos
El diseño del gobierno de datos implica su adaptación a la cultura, estructura organizativa y procesos de toma de decisiones específicos de la compañía. Si diseña un programa para minimizar los riesgos para la seguridad cuando a su compañía le preocupa más el enriquecimiento de la experiencia del cliente, estará elaborando un programa incorrecto. Las necesidades de la compañía son únicas y las definiciones, normas y políticas de sus datos también deberían serlo. Un diseño meditado garantiza la consonancia del gobierno con el modo en que opera su compañía. También garantiza que sus miembros sepan cómo será el gobierno de datos antes de su aplicación.
ERROR N.º 3: Establecer un consejo antes de tiempo
Un ferviente visionario percibe la necesidad del gobierno de datos. Se convoca un consejo de partes interesadas. Todos acuerdan reunirse con regularidad para debatir y solucionar los problemas de los datos más importantes. A la reunión de seguimiento asisten menos personas. Alguien se queja de que la compañía en realidad nunca ha definido el término “cliente”. Otra persona salta con que los datos del sistema de facturación son de mala calidad. Se inicia una conversación paralela sobre la consolidación de la CRM. Nunca llegará a celebrarse una tercera reunión. En este ejemplo, que ocurre muy a menudo hoy en día, el gobierno de los datos no se ha cancelado abiertamente. Simplemente ha fracasado. Si un equipo central de partes interesadas no diseña deliberadamente un marco para el gobierno de los datos que incluya principios rectores, derechos de decisión y los organismos de gobierno adecuados, ningún consejo multifuncional tendrá la claridad o la misión de materializar el cambio.
ERROR N.º 4: Considerar el gobierno de datos un proyecto
En un bienintencionado esfuerzo por arreglar lo que se ha roto, muchas compañías anuncian a bombo y platillo un “proyecto” de gobierno de datos. No obstante, si el gobierno de datos nace como una medida diferenciada en lugar de “fraguarse” en los procesos existentes, con toda seguridad fracasará. Cuando una iniciativa se considera un proyecto es, por definición, finita. La realidad del gobierno de datos es que debe ser continua y sistémica. A medida que la información requiere cambios, los volúmenes de datos aumentan y nuevas informaciones llegan a la organización a través de nuevos sistemas o terceros, las decisiones sobre cómo tratar, acceder, limpiar y aplicar normas a los datos no solo continuarán, sino que proliferarán. Es preciso adaptar un proceso estructurado, formal y permanente en el modo en que la compañía desarrolla sus datos y lleva a cabo sus operaciones.
ERROR N.º 5: Establecer el gobierno de datos antes de tiempo
En la primera fase de su programa de gobierno de datos, una compañía de servicios financieros nacional pidió a varios expertos en el campo empresarial y de las TI que actuasen como administradores de datos. Se les encomendó que identificasen los problemas de datos de gran impacto dentro de su ámbito de competencia que se solucionarían con el gobierno. Los administradores hicieron un gran trabajo. ¿Cuál fue el problema? No se había definido ningún procedimiento para validar, asignar prioridades o resolver la incesante avalancha de problemas empresariales identificados cuyos orígenes se podían atribuir a los datos. El equipo dedicó un esfuerzo considerable a sacar a la luz las dolorosas heridas abiertas de los datos sin un método que las curase. La mayoría de los problemas detectados eran buenos candidatos para el gobierno de datos, pero el hecho de que no se hubieran establecido las expectativas de forma adecuada causó frustración y desconfianza. El gobierno de los datos se convirtió en una palabra maldita y conseguir que los dueños de la compañía volvieran a sentarse para hablar sobre su implementación fue una ardua batalla.
4 Comments
Excelente ayuda. La prevención de estos errores, sin lugar a dudas, redundará en el éxito del proyecto.
Excelente articulo sobre gobierno de datos y gestion de datos.
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