Durante la última década, el sector financiero ha adoptado la transformación digital en la entrega de productos y servicios y en la mayor eficiencia y seguridad de sus operaciones. Lo vivido por la humanidad en los últimos años aceleró enormemente el proceso de transformación y hubo etapas en las que la banca en línea pudo crecer en transacciones un 16% en lapsos de tiempo de solo tres meses, el equivalente al crecimiento de cuatro años antes de la coyuntura sanitaria vivida.
Más allá del Covid, ha habido un gran habilitador del cambio. Desde la introducción de las tarjetas, ninguna tecnología ha tenido el potencial de cambiar los hábitos bancarios de los consumidores tanto como lo hace internet y más exactamente el teléfono móvil.
El móvil tiene el potencial de eliminar la fricción con los usuarios de la banca. Los consumidores pueden consultar sus saldos dondequiera que estén, comprar en línea, pagar productos en la tienda, pagar a otras personas o empresas, averiguar cuándo están llegando a su límite de sobregiro, abrir una nueva cuenta o consultar sus hábitos de gasto. ¡Se impone cada vez más la autogestión financiera!
Y entonces, ¿Qué papel juega la banca en esta nueva realidad? ¿Cuál debe ser el rol de la nueva banca? ¿Qué hay que revolucionar o cómo prepararse? La respuesta está en el principal activo que tienen los bancos y que se seguirá fortaleciendo en el próximo tiempo: los datos.
Profundizar en el aprovechamiento de la data será fundamental no solo para competir sino para ganar incluso en los nuevos escenarios. Las entidades financieras cuentan hoy -y lo harán mejor en el futuro- con un rico historial y el conocimiento de valor que aporta el aprovechamiento de los datos de sus clientes.
En este panorama, las entidades que componen el sector financiero deberán mirar aún más hacia nuevas plataformas como las que agrupan a las redes sociales para monitorear e incluso comprender mejor los sentimientos del consumidor. Hay muchas herramientas y soluciones que ayudan en este propósito.
Para apoyar estas necesidades, existen por ejemplo soluciones con capacidades de Procesamiento de Lenguaje Natural aplicadas al análisis de redes sociales que brindan información detallada sobre por qué las personas recurren a las redes sociales para hablar sobre su banco y, lo que es más importante, el sentimiento aplicado a los comentarios.
El nuevo mundo digital es un escenario inigualable de comentarios de los clientes y los bancos deberán usar cada vez más estos datos para crear beneficios comerciales para ellos mismos. Pero, la banca en línea y móvil con todo y lo disruptivas que son, tan solo deben ser vistas como una línea base: lo que los clientes esperan es que su banco les brinde experiencias digitales fluidas y relaciones personalizadas donde sea.
Hay que entender que el futuro de la banca no solo depende de una plataforma, de si se da por el móvil, por redes sociales o alguna otra vía, depende de qué tan preparadas estarán las entidades bancarias para lograr ir donde vayan sus clientes y poderles brindar mejores y completas experiencias 360.
Para comprender mejor todo este panorama es que lo invitamos a conocer las 10 innovaciones que deberán tener en cuenta las entidades financieras para configurar y participar de la banca del futuro. 10 innovaciones que sí o sí tienen que ver con el mejor aprovechamiento de los datos y con el futuro de las entidades que componen la industria financiera.