“Si 2020 fue el año de Covid-19, 2021 será el de las vacunas”. Así lo planteó Greg Horne, Global Principal, Healthcare de SAS, cuando se completó el análisis de las Tendencias para ver con analítica en 2021. 

En el mismo, Greg planteaba algunas preguntas puntuales sobre cómo la analítica avanzada puede ayudar al planeta este año. ¿Cómo y cuándo se distribuirán las vacunas en cada país? ¿Qué tanto se confiará en el uso de múltiples vacunas para mejorar la efectividad? Ya lo estamos viendo en cada uno de nuestros países, pero ese tan solo es el comienzo. 

Así como el uso de datos y analítica ha tenido un papel fundamental para tomar decisiones durante la pandemia, para gestionar riesgos, para hacer trazabilidad de los contagios y en el proceso de desarrollo y aprobaciones de las vacunas; ahora será importante para planificar y optimizar el lanzamiento y seguimiento de la distribución, la trazabilidad de la aplicación de las diferentes vacunas y la medición de efectividad de cada una de ellas. 

Los modelos de priorización de la población que debe ser vacunada tienen un componente altamente analítico. Los mismos están basados en las bases de datos poblacionales que manejan los gobiernos en cada país y a través de la aplicación de técnicas estadísticas y de investigación de operaciones (Optimización matemática), es posible analizar el impacto de la vacunación sobre una población u otra durante diferentes periodos de tiempo.

Desde la perspectiva de prioridades, todos los países han decidido vacunar primero a los profesionales de la salud, quienes están en contacto directo con pacientes tratados con COVID-19, Luego a los adultos mayores, quienes son la población más afectada por el virus a nivel mundial y se hace inminente proteger sus vidas. Sin embargo, queda pendiente la siguiente pregunta: ¿Cómo aplanar las curvas de contagio en quienes están más expuestos a la enfermedad y son posibles agentes de transmisión de esta? 

Para responder a esta pregunta es donde la analítica avanzada toma relevancia y aquí es importante responder también a otras preguntas: ¿Qué tanta población mayor o joven tiene un país? ¿Qué cantidad y tipo de morbilidades se manejan? ¿Qué niveles de socialización o aún de aislamiento tienen algunos segmentos de su población? ¿Con cuántas dosis se dispone por ciudad? Estas son algunas de las variables que pueden hacer, por ejemplo, que en un país que se encuentra en la fase 1 de la vacunación, se decida por diferentes opciones de aplicación de la vacuna y no únicamente una distribución por rango etario.

Todo lo anterior va encaminado a mejorar la distribución de las vacunas y hacerlo desde la inteligencia que arrojan los datos para buscar la máxima efectividad y protección de toda la sociedad.

Gran parte de este año o incluso del próximo, estaremos hablando de estos esquemas de distribución y aplicación de las vacunas, pero desde ya se empieza a vislumbrar lo que pasará después. Un caso que llama mucho la atención es el de Israel, uno de los primeros países en iniciar la vacunación y que ya está avanzando con el llamado “pasaporte de vacunación”, que consiste en mantener el rastreo de contactos, pero ahora mediante la exigencia de un certificado de vacunación para poder autorizar su ingreso a ciertos lugares.

Todo lo anterior se da en las condiciones actuales y cada vez es más importante el aprovechamiento de los datos a través de soluciones de analítica avanzada. ¿Qué tanto este tipo de pasaportes o certificados serán implementados en todos los países en un futuro? Solo el tiempo lo dirá. ¿Qué creen ustedes?