A nivel global, la mayoría de las personas tiene conocimiento sobre el tema por las constantes primicias que vemos cada año acerca de muertes de celebridades ocasionadas por sobredosis de medicamentos recetados, pero esto solo es la punta del iceberg de un problema mucho mayor. De acuerdo con información de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés), la sobredosis de drogas es la principal causa de muerte accidental en los Estados Unidos. En 2014 hubo un total de 47.055 sobredosis letales, de las cuales 18,893 estuvieron relacionadas con medicamentos recetados para el alivio del dolor.
La euforia que estas drogas pueden producir las hace altamente adictivas y mal empleadas. El CDC ha declarado la adicción a estos medicamentos como una epidemia, pues afecta a personas de todos los orígenes, de cualquier ubicación geográfica y nivel socioeconómico.
Para hacer frente a esta epidemia, se ha puesto énfasis en los Programas Estatales de Vigilancia de Medicamentos Recetados (PDMP) que establecen bases de datos de recetas emitidas, con portales seguros y en línea para acceder a estos datos. El concepto es bueno, pues proporciona una visión integral de los patrones de prescripción para facilitar que las farmacias, los proveedores y los encargados de formular políticas detecten signos reveladores de abuso o adicción. Pero en la práctica, los PDMP tienen algunas deficiencias y muchos médicos no los utilizan.
Contar con datos de calidad contribuye en la mejora de los protocolos de tratamiento, la educación de los proveedores, así como a mejorar las decisiones políticas. Con datos más completos y el uso de analítica para darle sentido, todo el mundo se beneficia:
- Los médicos pueden entender cómo sus tratamientos y resultados se comparan con los de sus colegas y qué patrones específicos dan una advertencia temprana de adicción o sobredosis.
- Los contribuyentes pueden determinar si las recetas son apropiadas o potencialmente malversadas y tomar medidas para proteger a sus pacientes.
- Las instituciones de salud pueden tomar decisiones más rápidas y basadas en datos.
- Las farmacias pueden entender cómo su actividad de dispensación se compara por ubicación geográfica, fuente de pago, proveedor y paciente.
- Los profesionales de la salud y los investigadores pueden desarrollar mejores protocolos de tratamiento, tanto para el dolor como para la remediación cuando los pacientes se están convirtiendo dependientes a los fármacos.
Reunir los datos ayuda a los distintos grupos involucrados a trabajar juntos. Contribuye a ver y comprender el panorama general, así como a aclarar y concentrarse en los resultados deseados, salvando vidas en lugar de hacer titulares para los medios.
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